A ver por dónde empiezo... a ver, a ver... ¡ah! ¡sí! Día 9 de enero, tras el regreso de las vacaciones (al igual que siempre ¡la tardona de turno!)...
Todit@s los que estábamos haciendo la Dieta Dukan el año pasado (y parece el otro día, ¿eh? ¡jejejé!) pudimos sufrir en nuestras propias carnes lo que es estar a régimen durante una navidad -concretamente, la Navidad del 2010 ¡qué nunca olvidarás!-, rodead@s de suculentos manjares y deliciosas bebidas que... no sé vosotr@s pero, yo, apenas probé, caté, ni ¡olé!... Llegó el día 9 y, quizá, por haberme reprimido ¡tanto! -confieso que "me pasé" con tres pares de copa de vino, unos traguitos de W&C (Whiskie y Coca-cola light) y unos sorbitos de cava- y... a pesar de estos pequeños deslices, la báscula subió apenas 500 g de los 70 kilitos que llegué a pesar el día 30 de diciembre. Hasta aquí, bien, ¿no? Puesssssss... ¡no!
¡Tonta! de mí, al día siguiente -y durante tres días ¡más!-, me ¡atiborré! a base de bien de todo lo imaginable -e inimaginable- porque tenía un "monazo", peor que un tratamiento de desintoxicación ya que, además, me visitó la Pasionaria y... ¡halaaaaa! ¿Quién dijo que yo estaba a régimen y cumpliendo la dieta del doctor Dukan a rajatabla? Yo no, ¿a qué no? ¡Glups! Tierra, ¡trágame! Por si fuera poco, ¿qué me dió por comer? Obviamente, todito lo mayormente prohibido en el régimen... ¡¡¡frutos secos!!! a tutiplén, nocilla (¡qué merendilla!), Ferreritos de la Preysler ¡a cajonadas! y, para compensar, me fuí a un Wok pero... ¡no, hija, no!, en esa ocasión, nada de asado ni a la plancha porque comí ¡todo! lo que veía rebozado y, lo que no, lo adornaba con exquisita salsa mahonesa... incluidos, ¡los postres! ¡Socorrooooooo!
¿Qué pasó entonces? Efectivamente, así es... el día 14 del presente, ni siquiera me atrevía a subirme a la báscula pero, finalmente, me dije... a lo hecho ¡pecho! (todo hay que decirlo, la menstruación -desde hace ya tiempo- me dura casi ¡8 días! -¡uokey! ¡no hay excusa!-), me subí y... ¡tatatá! ¡chán! ¡¡¡74'50 kilazos!!! que me merecí, por ¡ceporra!
Y cuando se nos presenta un caso ¡kaos! de estos... ¿qué tenemos que hacer? ¡¡¡Reaccionar!!! porque de lo contrario volveríamos a lo de siempre (lamentos, frustraciones y... ¡oh! ¡qué depresión!) y, en poco tiempo, recuperaríamos lo perdido porque los gramos que se han ido, aunque ya no estén "poseyendo" nuestro cuerpo, ¡nos echan de menos!
¡Ah, no! Eso sí ¡qué no! ¿Otra vez mis esfuerzos al garete? ¡Noooooooooo!
De inmediato, y tras bajar el escaloncillo de la báscula (¡bien! ¡un ejercicio menos! -menos dá nada, ¿no?... uno, pues uno, que hay que cumplir con las consignas mínimas de ejercicio físico que la dieta requiere, ¡hala!) me enfudé unas mallas, un jersey de cuello alto, unas botas y... me tapé toda molla superviviente con un gran chaquetón -tipo gabardina- que me llega hasta las rodillas para tapar ¡el dichoso culamen! (conjuntá -totalmente- de riguroso negro mortis -como siempre-) y me fuí corriendo ¡cómo si se tratara de perder el tren! al supermercado (en este caso, ¡al Mercadona! y ¡al Lidl!) para atiborrarme (no, esta vez no pasé por los pasillos con los cartelitos de... Danger! Danger!) de todo lo que me hacía falta en la nevera y en los armarios de la cocina para poder llevar a cabo ¡y de nuevo! el régimen que estaba haciendo...
Uno de los errores ¡más graves! que solemos cometer asiduamente, es el de no reponer los productos que se agotan -casi- diariamente y, de ahí, que al regresar de las vacaciones... por culpa de tener la cocina ¡vacía!, me dediqué (en lugar de haber ido a comprar el mismo lunes) a saquear cualquier resto que podía haber quedado en los armarios y en el frigo -sin caducar- antes de haberme ido a "no" disfrutarlas y, por ende, y en lugar de ir a comprar, se me ocurriera la grandísima idea de comer fuera de casa, (¡vaga! ¡más que vaga!) con las terroríficas consecuencias ("katakrack") que este pequeño inconveniente pudiera haber seguido generando... Se empieza con un mordisquito por aquí, otro por allá, y en menos de dos días, ya sabemos lo que pasa... total, si me como uno tampoco es que vaya a engordar dos kilos de golpe ¿no?
No, si fuera ¡uno! no pasa nada pero rebasado ese numerito... un@ se emociona y llega el segundo, el tercero, ¡el cuarto! y nos zampamos el envase/paquete ¡entero! Y gracias a esta tontería (como ya he "pecado" pues ¡venga! si hay que pecar, pequemos con todas las consecuencias) al día siguiente hace aparición el remordimiento y... con él, toda una serie de lamentos que nos convierten, nuevamente, en unos "personajes" plagaditos de ansiedad y ¡depresión! (algo que, además, transmitimos a la gente que nos rodea, y que ya está harta de escucharnos una, y otra vez -mil millones de veces- nuestros lamentos por culpita de nuestra escasa fuerza de voluntad)...
Pero como el hombre (¡y la mujer!) es el único animal que tropieza infinitas veces con la misma piedra, una, recapacita nuevamente y se dice... ¡ya está bien! ¡¡¡Reacciona!!! de una puñetera (¡perdón!) vez, ¡caray! Si tú estás harta de tus lamentos, los demás, ¡ni te imaginas! ¿Acaso quieres pasarte la vida luchando contra tí, y contra los demás, por culpa de la poquísima fuerza de voluntad que tienes? ¿Cómo quieres conseguir llegar a la meta si a cada paso que das, son tres pasos hacia atrás? Y en lugar de avanzar, vamos a menos... pero no a menos kilos sino a ¡más!
L@s que no estudian, seguramente, no aprobarán nunca (dejando chuletas aparte)... y nosotr@s, como no empecemos a hincar los codos pero ¡ya!, tampoco obtendremos muy buena nota al final de este Curso del Régimen... Así que, pensándolo bien, ¿vamos a limitarnos a obtener un aprobaico justo o.... vamos a esforzarnos todo cuanto podamos para llegar a ¡¡¡matrícula!!! y... ¡¡¡de honor!!!? Son tantos los ejemplos que podríamos dar... Para ganar hay que participar pero, participar ¡bien! Por un momento, imaginemos que estamos en una maratón y, con todos estos deslices que cometemos, sería como a cada kilómetro salirnos de la carrera para descansar un rato, o seguir al día siguiente... lo cual significaría, que no llegaríamos ¡nunca! a la meta sino que obtendríamos, y al primer tropezón ¡descalificación inmediata!
Con esta dieta, al igual que en el resto, se nos dá la oportunidad de volver a levantarnos, con la -típica- premisa... "todo esfuerzo, merece su recompensa" solo que, realizando la Dieta Dukan -correctamente-, ese esfuerzo es el ¡doble! porque los kilos ¡qué nos agobian! por razones de estética y salud, no se volverán a recuperar ¡jamás! si logramos llegar hasta el final de la cuarta fase (Estabilización)... Sí, decirlo es muy fácil porque... para llegar hasta ella, mil y un sacrificio tendremos que hacer pero, si logramos realizar la Fase de Crucero como es debido (con lo poquito que se nos pide y ¡qué borric@s! somos -sí, borric@s pero ¡con cariño!- por no poner ¡más! de nuestra parte), las dos siguientes deben ser muy fáciles porque, en ellas, prácticamente podremos comer ¡de todo! Eso sí, con moderación y buenos alimentos pero será muy fácil porque gracias a ella, habremos aprendido a controlar nuestro cuerpo y nuestra mente, y no, al contrario...
P.S.: En otro ratico, acicalo el post con imágenes para que no resulte tan aburrío, ¿vale? ; ) (*)
(*) ¡Actualizado! con recetas DuKañeras -realizadas por Muá (la del flan de chocolate, readaptada del osito de Zacatines, ¡gracias!)- para mentalizarnos de que hay recetas para dar y ¡regalar!; y no desfallecer en el intento de seguir DukanAdelgazando porque todas ellas están de... ¡rechupete!
P.S.: En otro ratico, acicalo el post con imágenes para que no resulte tan aburrío, ¿vale? ; ) (*)
(*) ¡Actualizado! con recetas DuKañeras -realizadas por Muá (la del flan de chocolate, readaptada del osito de Zacatines, ¡gracias!)- para mentalizarnos de que hay recetas para dar y ¡regalar!; y no desfallecer en el intento de seguir DukanAdelgazando porque todas ellas están de... ¡rechupete!
Corinne, hoy es mi cuarto día de ataque. Me quedan dos, sábado y domingo. También tengo 43 años, también dos hijos, también en paro, también he empezado por encima de 80 kilos. Tengo que llegar a 62,500, según San Dukan. Tengo por delante unos mesecilios buenos, pero para junio podré ponerme el bikini y lucirlo como Dios manda.
ResponderEliminarQuiero que sepas que a pesar de la diarrea que empezó a arreciar a mediodía de mi primer día (cosas del colon irritable, creo) y que ahí sigue, la tía, impertérrita, y de cierto dolor de cabeza que tengo desde ayer (será que por mi sangre se están paseando todos los tóxicos que me he zampado en estos 43 años?) estoy animada.
¿Por qué? Porque por fin he decidido meterle mano a mis kilos. Y porque esta dieta, dentro de todo, parece más fácil de seguir que otras que he hecho y más "para siempre" (uff, ojala) y porque en este blog estás tú, que eres un faro en este desierto de proteínas para los que estamos aún atacando. Mil gracias por tus consejos, alegría y apoyo. Ayy, te besaría, guapa!
Oye, la receta de la quiche esa de surimi la tienes que dar, eh? que tiene una pinta de muerte...
ResponderEliminarHolaa soy una chica jovencita(22años) y la verdad que no estoy nada contenta con mi peso(96kilos) he estado leyendo mucho sobre la dieta dukan, pero tengo mis dudas,como cocinar las carnes o pescados si no se puede usar ni aceite ni mantequilla?que es lo del salvado de trigo y avena?como lo utilizo?como funciona cada fase? bueno espero que me pueda contestar.Muchas gracias de antemano!!!
ResponderEliminar¡Buahhhhhh! Alicia², ¡me has emocionado! Ojalá pudiera ser ese faro del que hablas pero, queridísima mía, si no fuera por esta acumulación de errores, fallos y defectos, sería una ¡campeona! y, como habrás podido apreciar en algunos de mis comentarios, no, no lo soy porque tropiezo una y un millón de veces con el mismo ¡mardito! adoquín de siempre... la inconstancia.
ResponderEliminarY todo, porque nos acomodamos cuando ya hemos perdido ¡muchos kilos! y, casi sin darnos cuenta, en lugar de seguir a rajatabla la dieta, como ya nos encontramos un poquitín mejor, ¡hala! porque yo lo valgo y, hoy, me la salto... Y si me la salto hoy puesssss... pues ¡no! Vamos a intentar ser fuertes y más constantes porque en un par de meses conseguiríamos nuestro mayor logro y, por tontas, ¡qué parece que nos guste estar dieta!, seguimos prolongando una angustia que... tiene, rápida solución. ; )
Me alegra, por otra parte, averiguar que en tantísimos asuntos somos ¡tocayas! Así que espero que tus pérdidas de gramos vayan cuesta abajo ¡y a toda mecha!, puesto que te mereces lucir ese ¡bikinazo! con arte y salero, durante este próximo verano que, cada día que pasa... ¡está más cerca!
Y de temblores nada porque... ¡¡¡vamos a conseguirlo!!!
¡Ah! Y en un desierto de proteínas, ¡no! ¡de carbohidratos y de grasas! ¡Jajajajajaja! Ay, esas prisas ¡qué tanto me conozco!
¡Besazos! y a ver si te pasas más a menudo por este rinconcito porque... ¡queremos saber! : )
¡Hola Anónima!
ResponderEliminarVerás, en este Blog -si le dedicas un ratito- podrás encontrar muchas respuestas a tus preguntas. Clicando sobre algunas de las Etiquetas o en los Archivos del Blog, podrás leer todo a cuanto las fases y el salvado se refiere, y... cocinar, siempre, sin grasas. Es decir, sin aceite ni derivados... Hazte con unos buenos utensilios antiadherentes (yo suelo utilizar los de fundición) y, en un par de meses, te olvidarás de que el aceite, o la mantequilla, existen para cocinar tus platos, y recetas...
Siempre, y antes de poner cualquier alimento sobre ellos, deja que se calienten mucho, mucho y... ya verás, como nada se te pega.
Bueno, y por supuesto, puedes utilizar el horno y el microondas ¡sin preocupación alguna! Al vapor, al baño María, en Papillote, cualquier método es adecuado, siempre y cuando prescindamos de la grasa.
Y si quieres aderezar y condimentar tus platos, utiliza el Aceite Acalórico de Ordesa (o el de Parafina), vinagre y... ¡todo! tipo de especias. Estás a un paso de cambiar el chip de tus hábitos alimentarios y, aunque al principio sea duro, en cuanto te acostumbres no echarás nada de menos... Quizá, de vez en cuando y durante esos días catastróficos (la regla, la ovulación, ¡ay!) pero, te puedo asegurar que esos saltitos (evitables cuando se tiene una gran fuerza de voluntad) se solucionan enseguida...
De todos modos, y dependiendo de los kilos a perder, más nos vale no concedernos tantos caprichos porque prolongar la angustia, en muchas ocasiones, facilita la aparición de las depresioncillas y... como son tan indeseables, ¡seamos fuertes! para que no hagan aparición, ¿vale?
Un fuerte abrazo y... ¡abajo con los kilos! ; )
Hola Corinne, mañana EMPEZAMOS TODOS (papa-mama y yo).NOs ha encantado tu blog y esperamos seguir en contacto e ir contando todas las peripecias que nos vayan surgiendo, sobretodo en vista a las fechas que se avecinan. Un abrazo
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